Empecemos por el principio ¿Qué es un arancel?
Se trata de un impuesto que un gobierno impone a los bienes y servicios que se importan (ingresan) al país. Por bienes o servicios nos referimos a aquellos recursos, principalmente naturales, que el ser humano obtiene para que, de estos, puedan canalizarse en los diferentes niveles de las actividades económicas tales como las primarias, secundarias, terciarias y cuaternarias. El fin último es el de proteger a la industria doméstica sin dejar de lado los compromisos internacionales y la reciprocidad económica.
Si nos ponemos a pensar de manera detallada, podremos coincidir en que el propósito de cada nación es proteger su economía y garantizar que la población se vea beneficiada. Este precisamente es el primer objetivo de ejecutar un arancel, blindar a las empresas nacionales de las extranjeras con la intención de que exista una competencia justa, de ahí que algunos autores se refieran a esta medida como una política proteccionista.
El segundo propósito que tiene el implementar un arancel es el de obtener recursos para abastecer las necesidades que exige el gasto público, tales como el mantenimiento en los sectores de salud y educación, infraestructura, seguridad nacional, programas sociales, entre otros.
El tercer punto tiene la finalidad regular la entrada de ciertos productos al mercado local, esto puede dar pie a negociaciones que permitan un intercambio más controlado de productos dependiendo de la necesidad de cada país.
Si bien, dichas medidas parecieran justas, como todo, puede existir un lado no tan bueno de tal acción, simplemente por desquite, pues si, si un país decide implementar aranceles, dependiendo de la situación, es probable que los países afectados también hagan lo propio, sobretodo si su economía se encuentra en óptimas condiciones.
Otra razón conflictiva y sutil es la competencia en la fabricación y venta de productos, es posible que un país del exterior fabrique un producto o servicio particular a un precio más accesible lo que pone en riesgo la producción y venta de un producto similar de la competencia en el país anfitrión.
Para ejemplificar lo anterior pondremos el caso de un teléfono celular con ciertas características, el país anfitrión pone a la venta su propia marca en $ 15,000.00 pesos, sin embargo, el país que vende un dispositivo similar en el mismo mercado lo vende en $ 12,000.00 pesos. Es evidente que la diferencia de precios tiene un contexto profundo, posiblemente la competencia que vende el producto a un precio más bajo cuenta con una mejor infraestructura tecnológica para fabricarlo.
¿Existe una consecuencia por la diferencia de precios? como ya se mencionó, existe un contexto profundo, el más importante es la mano de obra, pues esta depende de la venta y de los ingresos que que aporta el teléfono. Muchas veces un producto o incluso una empresa fracasan por la competencia desleal y no tanto por la calidad de su producto o servicio. En México, por ejemplo, el consumidor se fija más en lo barato que en la calidad y eso, ya es un factor negativo que pone en jaque a los productos locales. Un arancel obliga a las empresas extranjeras a compensar la diferencia de precios al consumidor para que exista una competencia más justa.
Aranceles, un arma de doble filo
Los aranceles representan un arma de doble filo, por un lado, pueden proteger la economía de un país pero, puede representar el cierre de puertas a las empresas extranjeras. Es importante recordar que las exportaciones e importaciones son un incentivo a una competencia obligada que motiva a la economías a ofrecer productos y servicios de mejor calidad a precios accesibles y competitivos.
Referencias y recomendaciones
Bautista, Q. J. (15 de Febrero de 2024). En contraste, la economía lineal vs la economía circular. Obtenido de Explorer BioGen: https://wp.me/p7rAqZ-4Lz
Cancino, G. R. (2016). El arancel. Revista electrónica de la Facultad de Derecho, 37-59. Obtenido de Catálogo de revistas UNAM.
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